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Artículo de opinión del portavoz de Ciutadans de Terrassa, Javier González

Poco queda por añadir a lo dicho esta última semana sobre los cambios que el alcalde de Terrassa ha efectuado en el organigrama municipal. Y resulta tan evidente la debilidad del PSC que casi sonroja recordarlo. El “ni cambio ni aires nuevos” que expresamos en 2015 ha dado lugar a su correlato en 2017; “el alcalde ha dejado de disimular” la debilidad socialista y se ha hecho todavía más visible con el nuevo cartapacio. Señor Ballart: No tiene ni equipo ni proyecto, ¡pero no se enfade en Facebook hombre!

Y qué decir de la propuesta de los “Comunes egarenses” de proponer un Pleno extraordinario sobre la ciudad. Los mismos que se afanaron en encontrar un pretexto para sumarse a la aprobación de los presupuestos municipales de 2017, unas cuentas que contemplaban partidas extra para la limpieza que, solo dos meses después, critican con vehemencia. Suena a protagonismo de salón con regusto a despecho por no poder auparse a la silla del segundo teniente de alcalde que era lo que su portavoz pretendía, huele a rencor materializado en una fallida denuncia pública sobre corrupción de Miquel Samper. Lo primero es feo, lo segundo muy feo.

A Ciutadans, los cambios en al ayuntamiento ni nos gustan ni nos disgustan, ni nos despistan de cuál es nuestra línea de trabajo: Fiscalizar la acción de gobierno y hacer propuestas para la ciudad. Tenemos muy claro que el desarrollo de lo prometido en los presupuestos se tiene que cumplir, y eso tiene que ver con la promoción económica y el empleo, la limpieza de la ciudad y la mejora del espacio público. En el próximo Pleno presentaremos propuestas sobre la lucha contra la corrupción y la transparencia, el mantenimiento urbano, la construcción de nuevos equipamientos y el cuidado de las personas que más lo necesitan. Cómo se organice Ballart con su gente es su problema, siempre y cuando no afecte a los compromisos y al futuro de los ciudadanos de Terrassa.

A Ciutadans, la acción política del resto de la oposición ni nos gusta ni nos disgusta, ni nos emocionan las críticas de TeC al alcalde, ya que parece una obsesión. “Los Comunes” saben que pueden contar con nosotros para sumar esfuerzos por mejorar la ciudad, pero ante una propuesta de Pleno extraordinario que solo pretende el lucimiento de su líder ante sus fans no nos encontrarán. Aprovecho para recordar que el nuevo reglamento de participación ciudadana contempla de oficio, gracias a una aportación de Ciutadans, que el propio alcalde deberá rendir cuentas en el tercer año de mandato. Es por ello que, señores de TeC no enreden antes de hora a no ser que tengan una razón de peso, y no hagan perder el tiempo a todos los que queremos trabajar. Señor Matilla: ¡El Pleno municipal no es el Congreso de los Diputados pero no se enfade, hombre!