Artículo de opinión de Javier González, portavoz de Cs Terrassa.

El alcalde Ballart ha decidido repetir el proceso de elección del Síndic de Terrassa. Menudo papelón de Vega por parte del PSC, y Sàmper del PDECAT, que cuarenta y ocho horas antes reiteraron que no se repetiría, ya que el informe de marzo del Síndic de Catalunya no concluía que el proceso se tenía que volver a realizar. Por lo que parece, al Síndic Rafael Ribó le pitaron los oídos cuando le dieron a conocer la noticia de que el equipo de gobierno del ayuntamiento de Terrassa no pensaba repetir el proceso y, en una acción inusual, envió una carta el 26 de abril a Jordi Ballart donde, esta vez sí, manifestaba que se tenía que repetir el proceso de elección, pero curiosamente bajo el formato de opinión personal: “entenc que cal corregir les deficiències detectades i refer el procés d’elecció”.

El punto de ruptura fundamental de las interpretaciones sobre lo que debiera ser la consulta ciudadana es considerar a ésta como un mero elemento informativo más a considerar en todo el proceso, o darle validez según la Ley 10/2014, del 26 de septiembre, de consultas populares no referendarias y otras formas de participación ciudadana. Lo primero es interpretado por el equipo de gobierno y en Ciutadans lo compartimos, tanto es así que es un método validado por los servicios municipales, aceptado por todos los grupos políticos en su momento y así expuesto en el debate que tuvo lugar en el Pleno. Hasta tal punto es así que de esa manera se ha repartido más de medio millón de euros (poca broma) para acciones sobre el territorio en un proceso participativo que nadie denunció. La segunda interpretación es abanderada de manera sobrevenida por TeC, ERC, CUP, ¡PP! y, en forma de opinión personal (“entenc”), por Rafael Ribó. La interpretación adecuada divide a juristas, pero lo que es evidente es que si en el reglamento se hubiera establecido un sistema de votación telemático más estricto lo hubiera tenido que manifestar expresamente. Sin embargo, no fue el caso porque no existió esa voluntad por parte de sus autores en ningún momento de su redacción, enmienda y aprobación. La premisa general e implícita de los grupos políticos fue facilitar al máximo un proceso participativo de interesante implementación por su novedad.

A la opinión personal de Rafael Ribó “entenc” se ha agarrado como un ‘náufrago a un salvavidas’, Jordi Ballart. A partir de ahora está por ver cómo será la segunda parte del enésimo affaire del mandato protagonizado por un equipo de gobierno que nos mete en más problemas de los necesarios; pérdidas en empresas municipales, subida de impuestos, conflicto en la concesión de los comedores escolares, inseguridad por el futuro del transporte público, ineficacia en la gestión del agua, Síndic…

En Ciutadans vemos que todo este desastre es una oportunidad: El proceso no se puede repetir sin más, sería como dar la razón a aquellos que piensan que TEC, ERC y CUP lo único que desean es que salga el candidato que les cae más simpático. De lo que se trata es de introducir nuevos elementos que mejoren la calidad democrática para que el proceso de elección del Síndic en Terrassa sea modélico, que el alcalde no tenga más disgustos y que el señor Ribó ponga en su sitio a algunas voces que le han tachado de corporativista, al aconsejar la anulación de un proceso donde el voto popular dio por ganadora a una ciudadana independiente. Por cierto, un Síndic de Catalunya que sigue en el cargo desde el año 2004 sin ser objeto de ninguna consulta ciudadana.