Artículo de opinión del portavoz de Cs Terrassa, Javier González
El pasado 5 de abril, los Mossos d’Escuadra detuvieron en Terrassa a una presunta yihadista que se suma a otras cuatro detenciones por actividades de colaboración con el yihadismo ocurridas en los últimos años, también en nuestra ciudad.
Más de 3.000 agentes entre Guardia Civil, Policía Nacional y Autonómica analizan las redes sociales, o vigilan a los centenares de sospechosos en muchos rincones de nuestro país. También es reseñable el trabajo preventivo y de información de los policías locales, muchas veces soslayado. España lidera la persecución a la yihad en territorio europeo con más de 600 detenidos, 140 condenados desde 2004, y un centenar de expulsados. A estos datos, hay que añadirle que, desde que en junio de 2015 se elevase a nivel cuatro el estado de alerta antiterrorista, se han producido 150 detenciones, 29 de ellas durante el presente año en una veintena de operaciones. A estas detenciones se suman las órdenes de detención “exprés” contra los yihadistas que viajan a Siria, por el peligro que entraña la relación con el ISIS. La iniciativa policial la apoyan los jueces y fiscales de la Audiencia Nacional. Una cuarta parte de las pesquisas de este tribunal están relacionadas con sospechas de yihadismo.
A la presión policial en España hay que añadir el despliegue del ejército en escenarios tan peligrosos y hostiles como Afganistán, Irak, Mali o Senegal para luchar contra el Estado Islámico. Zonas del mundo en donde, desde 2005, han fallecido 37 hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas.
Contrasta el hecho de no sufrir atentados yihadistas en suelo español desde el 11 de marzo de 2004, con los cometidos en los países de nuestro entorno: Francia, Bélgica, Alemania, etc…, lo que ha provocado un trágico balance de más de trescientos muertos y más de mil heridos desde el año 2005.
Nuestro ayuntamiento en su último Pleno ha manifestado su reconocimiento y apoyo al trabajo de las Fuerzas Armadas, Guardia Civil, Policía Nacional, Mossos d’Esquadra y Policía Local, así como a jueces y fiscales.
Jugarse la vida y perderla por nuestra seguridad tiene un valor que solo se puede recompensar con el reconocimiento público, y no participar de ese reconocimiento por anteponer intereses partidistas sin dar ningún tipo de explicación solo se puede calificar de una manera… “que callaré”. El objetivo último de todos nuestros cuerpos de seguridad en democracia es garantizar el bienestar físico de todos; de los que lo agradecen y de los que no, de los que aman su tierra y de los que la ponen en cuestión, de los que queremos avanzar unidos y de los que se quieren marchar.