Artículo de opinión del portavoz de Cs Terrassa, Javier González
El pasado 10 de diciembre, en la Comissió de Territori, se sometió a votación que el proyecto “Can Casanoves, una masia del Vallès” se llevara al pleno municipal para su ratificación. En ese momento ya se pusieron de manifiesto dudas sobre la propuesta por parte de todos los grupos políticos de la oposición. En la reunión empezaron a suceder cosas extrañas, como que con independencia de lo que pensara la oposición (¡y lo que se votara en el Pleno!) el alcalde ya había autorizado solicitar una subvención FEDER para costear parte del proyecto. Hay que señalar que si se concede la ayuda, el Ayuntamiento deberá desembolsar 1.224.765,02€ en el periodo 2019-2021.
El objetivo del proyecto Can Casanoves es el desarrollo del turismo sostenible y de calidad mediante la oferta de servicios y actividades con valor añadido (ambientales, identitarias y lúdico-culturales) que fomenten la economía local, social, solidaria y circular… Como supuesta virtud de la masía está su ubicación, limitada por la autopista C-58 al norte, polígono industrial de Can Parellada al este y sur, y carretera de Rubí y deixalleria al oeste; aunque no parece un espacio idílico para el turista medioambiental.
Por otro lado, en Terrassa tenemos la Anella Verda -un proyecto ambicioso que va tomando forma poco a poco-, no demasiado conocido por la ciudadanía en general pero que sí es realmente un espacio que rodea la ciudad llamado a convertirse en referente nacional como pulmón verde, por su sostenibilidad medioambiental y por el fomento y cuidado de las actividades agrarias. Los retos de la Anella Verda de cara al futuro más inmediato: garantizar la conectividad de sus espacios, conservar la diversidad del paisaje y la calidad de sus hábitats, desarrollar su potencial agropecuario, promover el conocimiento y respeto de sus valores y hacer compatibles sus funciones ecológicas, económicas y sociales.
Volviendo al procedimiento formal, el 14 de diciembre el secretario municipal informaba a todos los grupos políticos del consistorio de que no era necesario que el decreto sobre el proyecto fuera al pleno municipal para ser ratificado, ya que es un caso de competencia suficiente del alcalde. Sin embargo, se presenta en la sesión plenaria para ratificar su curso cuando es un proyecto que ya ha sido cursado y del que no había obligación de ratificar… Hay que reconocer que el alcalde advirtió de la incoherencia en el mismo pleno, y señaló que efectivamente no había que ratificar nada y, con buen criterio, abrió turnos de palabra para que se pudiera debatir. Sin embargo, ese reconocimiento no impide señalar la absoluta descoordinación entre el área de Territori del señor Armengol y la del señor Aguado, la falta de conocimiento de los dos tenientes de alcalde sobre el expediente y su tramitación y, a pesar de las informaciones del secretario municipal, el despropósito de mantener en el orden del día del pleno un proyecto que además no se había consensuado políticamente y que posiblemente embarcará al municipio en un gasto importante sin que las virtudes del mismo sean percibidas por nadie. Y esto tiene que ver con el fondo de la cuestión.
“Can Casanoves, una masia del Vallès” parece un proyecto con unas potencialidades al menos discutibles que, de manera un tanto forzada, trata de complementarse con los objetivos de la Anella Verda (este sí, un proyecto compartido por todo el mundo, al cual ya se han destinado importantes recursos con un retorno social, económico y medioambiental verificables).
En Ciutadans no estamos en contra del plan de rehabilitación de Can Casanoves y su inserción en el proyecto de la Anella Verda, estamos en contra de su oportunidad: destinar 1,2 millones de euros a rehabilitar una masía cuando en la Anella Verda hay ¡22 más! Y cuando en el debate de presupuestos para 2019 se hizo evidente que, aunque el PSC ha vuelto a aumentar los impuestos, hay una incapacidad de gestión que impide mejorar la limpieza, el mantenimiento o realizar proyectos urbanos que llevan años en el cajón. El equipo de gobierno argumenta que podemos perder la oportunidad de una subvención importante. En todo caso eso es algo que está por ver, pero que seguro que esa es una oportunidad que se repetirá. Como colofón, decir que “una ganga que no necesitas no es una ganga, es un lujo” (como le dijo un esquimal a un vendedor de neveras).
Javier González
Portavoz del Grupo Municipal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Terrassa