Hace justo un año el gobierno del PSC tomó las primeras medidas en relación con el problema del aparcamiento del Portal de Sant Roc. Se restringió el tráfico en el Portal, manteniendo los accesos del parking subterráneo, instalando barreras en las confluencias del Portal de Sant Roc con la Rambla d’Ègara, la calle Vinyals y la calle Cisterna. Una medida preventiva que el consistorio llevó a cabo después de tener los resultados de un estudio técnico externo, del cual se desprendía que la cubierta del aparcamiento podría no cumplir las mínimas garantías de estabilidad.
El gobierno actual de Tot per Terrassa y ERC-MES propició más tarde un acuerdo entre el Ayuntamiento de Terrassa y Aparcamientos Subterráneos de Terrassa, SA (ASTASA) por el cual se cerraba al público el aparcamiento a partir del 1 de agosto. Además se acordó iniciar el expediente para la finalización anticipada de la concesión del parking a esta empresa, ante las dificultades técnicas y económicas que hacían muy difícil el cumplimiento de los coeficientes de seguridad que marca la normativa actual.
Durante estos meses se han realizado obras para mejorar la estabilidad de la cubierta del aparcamiento: se han instalado puntales en sus tres plantas y se ha reforzado con vigas metálicas para cumplir, así, con las indicaciones propuestas desde el departamento de ingeniería civil y ambiental de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). En la actualidad, y tras la aprobación de la finalización anticipada de la concesión el mes de noviembre (con los votos en solitario del partido del alcalde Ballart y su socio ERC-MES), esos refuerzos se van a ampliar teniendo en cuenta además las conclusiones que se desprenden de un segundo estudio técnico.
Sin embargo, la finalización anticipada no ha estado exenta de imprecisiones y contradicciones por parte del gobierno municipal. Recordar que se presentó en octubre y que a última hora se retiró, no sin antes recibir las críticas de todos los partidos de la oposición por precipitada, ya que era un documento que “indultaba” a la concesionaria de cualquier responsabilidad futura en relación con los posibles daños o costes de las inversiones urgentes que el parking necesita y necesitará. En noviembre insisten en el error: el consistorio sí se reserva el posible inicio de acciones judiciales futuras frente a la concesionaria (lo contrario era un escándalo), pero siguen sin defender el interés de los contribuyentes al no reclamar los costes de las reparaciones de urgencia realizadas y en curso, que supera los 500.000 euros.
Todas las decisiones que se han ido adoptando se han hecho a remolque de las indicaciones de los técnicos municipales. Hasta la fecha no ha habido ninguna iniciativa política destinada a mejorar la percepción de seguridad por parte de los ciudadanos, o a plantear una mesa de trabajo participativa para empezar a trazar el futuro de un espacio tan emblemático; a pesar de que la oposición política en el ayuntamiento ya lo intentó en octubre encontrándose con un muro.
A día de hoy nos encontramos con un espacio sin futuro que se está convirtiendo en un sumidero donde se aboca dinero público sin que se exista posibilidad de retorno en el futuro. Por otro lado, el equipo de gobierno se niega a cerrar el paso sobre la cubierta del estacionamiento a los peatones aun sabiendo que el peso que ésta puede soportar es un máximo de dos personas por metro cuadrado. Insiste en vender a los ciudadanos la idea de que la principal preocupación y guía de sus actuaciones es la seguridad, pero… ¿Se iría usted a vivir a un piso que estuviera apuntalado?