Artículo de Javier González, portavoz del Grupo Municipal de Ciutadans de Terrassa
Hace diez años que se constituyó en Terrassa la agrupación local de Ciutadans. Para los que nos sentimos implicados en este proyecto de regeneración de la vida pública, y de lucha frente a los que nos quieren desconectar de nuestros vecinos, es una fecha señalada. Se cumple además un año desde que se celebraron las pasadas elecciones municipales. Por todo ello, ha llegado el momento de hacer balance y comprobar lo que la política nos ha deparado en clave local.
Pensamos que hay tres aspectos que hace que los ciudadanos se sientan próximos al ayuntamiento: los impuestos, los servicios y el empleo. Los impuestos y las tasas incrementaron la presión fiscal que todos nuestros vecinos tienen que soportar. El PSC nos hace pagar los errores cometidos durante los últimos ocho años; y la deuda contraída en ese tiempo es una esponja que absorbe recursos que se hubieran podido dedicar a mejorar la limpieza y el transporte urbano, en lugar de sufragar ocurrencias de miope planificación (Societat d’Habitatge) o directamente deficitarias (Parc Audiovisual).
En cuanto a los servicios municipales ya no se puede ocultar más tiempo que el transporte urbano “echa humo”. La causa de que en pocos meses hayan ardido cuatro autobuses no tiene que ver con la fatalidad del destino (como apuntó el responsable del PSC), sino con una planificación secuestrada por la escasez de recursos económicos, es decir, por haberse gastado el gobierno municipal lo que no tenía cuando no debía. Obviaré el tema de la limpieza de las calles, por evidente…
El empleo sigue siendo el gran caballo de batalla, sin trabajo no se genera riqueza y sin riqueza no hay bienestar, y es imposible financiar las políticas públicas. En Terrassa hay mucho por hacer todavía y esa tarea no debe desarrollarse a salto de mata con una política comercial entregada sólo a la gran superficie, sino con una cuidadosa puesta en valor del potencial de nuestra ciudad. Atraer inversión tiene mucho que ver con el entorno, con las infraestructuras, pero también con un ayuntamiento que seduzca facilitando decisiones de inversión.
Impuestos, servicios y empleo. Ciutadans propuso la congelación de los impuestos en los presupuestos de 2016, proponiendo adelgazar partidas de gasto que triplicaban las de promoción de la ciudad y el aumento de la inversión. Sólo había que atender a una premisa, que el pago de la deuda no se convirtiera en una obsesión. Esa obsesión por tratar de corregir a toda prisa los errores del pasado.
En la aprobación de esos presupuestos, el PSC encontró dos aliados; TeC y ERC. En cuanto a los servicios, Ciutadans desbloqueó la compra de nuevos vehículos para el transporte urbano, colaborando en una compra más racional y comprometiendo a la vez la renovación del parque de vehículos para la recogida de basuras. La recuperación del empleo es nuestro gran objetivo y, contando con la complicidad de la mayoría, hemos propuesto y apoyado medidas para incentivar el empleo y la recolocación de parados, y ayudado a establecer un plan de futuro para acoger nuevas industrias.
Impuestos, servicios y empleo, esas son algunas de nuestras preocupaciones. Nada que ver con las preocupaciones de los partidos independentistas que fijan su atención en la desconexión con el resto de España y Europa. Tampoco tenemos nada que ver con la “revolución” de TeC/Podemos/ICV que pasa por subir impuestos, municipalizar la vida de los ciudadanos y convertir el ayuntamiento en un centro de beneficencia.
Sí, un año en el ayuntamiento, pero diez en la ciudad. Somos nuevos, pero no somos novatos. Sabemos que la preocupación de los ciudadanos no tiene que ver con las conmemoraciones más o menos llamativas de los partidos políticos. Es por ello que tener los pies en la tierra nos hace comprender que lo importante no es lo que se propone, sino lo que se lleva a la práctica. A la gente le importa más bien poco la celebración de aniversarios, lo que verdaderamente le importa son los acuerdos que mejoren su día a día, la posibilidad de un cambio a mejor, un cambio que comenzó hace ahora un año con la entrada de tres concejales de Ciutadans al Ayuntamiento de Terrassa.